Estimados Sres.

Esta podría muy bien ser una carta que comience con el "Hola como estas, espero que bien" típico de todas las cartas, a causa de la estupidez literaria que ostenta todo autor de una carta típica, que de costumbre a pasado a ser una estructura inminente e inmutable común a toda misiva por el hecho que, una carta que comience de otra forma, perdería su identidad de carta como tal; pero sucede que esta es diferente porque su comienzo dicta "esta podría muy bien ser..." omitiendo el retrillado y predecible "Hola como estas espero que...", que de hecho sí aparece, pero tan sólo al final de la primera línea y a principios de la segunda que es una posición que subjerarquiza la frase pero sin desvirtuar su importancia del todo, porque si nos ponemos a ver, la sucesión de palabras en cuestión a pasado de repente, y por culpa tan solo del que escribe (o sea yo), a ser el núcleo temático de los últimos 12 renglones, contradiciendo la intención inicial de hacer conciente al mundo sobre la tendencia mecánica de comenzar las cartas con el "Hola como estas, espero que bien..." (lo volví a escribir, maldita sea) mediante una carta más original que comenzara con algo que quizás le gustase al autor mismo, o de pronto, ¿quién sabe?, a algún imbécil con nombre que decida publicar dicha polémica gramatico-estructural con el fín de comunicar el fin inicial (o sea el del autor) con fines económicos para él o para el autor, (que mas bien es el de él), por eso es que he optado por comenzar esta carta con "Esta podría muy bien ser...", que de hecho ya no sería una carta porque no cumple con la estructura inminente e inmutable típica de todas las cartas típicas y verdaderas, pero que en intención era bastante interesante (y lo que vale es la intención, ¿o no?); y se dice "era" porque ya la intención perdió validez hace rato cuando volví a escribir "Hola como estas, espero que..." que volví a escribir otra vez hace tan solo 9 palabras, reiterando que el núcleo de la totalidad de lo escrito en estas páginas es lo que en un principio quise (quise me queda lejos de hice) desparramar por el piso y dejar como alpargata, a razón de mis impulsos de puro nerd que le busca la explicación explícita a todos los hechos por mas estúpidos que estos sean, o tan típicos como escribirle una carta a un amigo y, enajenándose del sentido de raciocinio, y cayendo inadvertidamente en el costumbrismo, el esquema universal, encabezarla con las mismas palabras de siempre, en el orden de siempre, en las letras de siempre (que me negaré a escribir para no continuar diciéndome estúpido, escupiéndome en la cara), o lo que es peor, perder toda noción de carta en seudoreflexiones naturalistas que no sirven para nada, para retomar solo hasta el final y terminar irónicamente con un,

Sincerely yours: El Autor.

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